Han dejado la mina y se han venido hasta la Consejería de Medio Ambiente, sorprendiendo a primera hora de la mañana al Viceconsejero, Juan Espadas, quien no ha tenido problemas en atenderlos. Aseguran que, aunque el trato ha sido más amable que el recibido por el Delegado de Innovación, Ciencia y Empresa, Francisco Álvaro, la sensación sigue siendo pesimista. A los mineros se les ha visto agotados y con el rostro abatido, despuñes de una larga noche en la antigua mina. Pero aseguran que van a seguir luchando.
Están dispuestos, dicen, a sentarse con los responsables de la mina Las Cruces, en La Algaba, siempre y cuando se tenga en cuenta y se respete el acuerdo que se alcanzó en su día tras el vertido.
Precisamente el pueblo de Aznalcóllar se está volcando con ellos. El alacalde en funciones, Juan José Ranchal, incluso se ha ofrecido como mediador entre la administración autonómica y los ex mineros para buscar una solución digna a los 22 trabajadores despedidos. Y es que asegura que ha habido un defecto de forma en la manera en que se han hecho las cosas.