14 septiembre 2007
El Ramadán no es un condicionante
Comienza El Ramadán, y eso, en el caso del Sevilla, es sinónimo de peculiaridades en muchos de sus futbolistas. Es el equipo blanco el equipo que mayor cantidad de jugadores que esta religión profesa. Al ya conocido caso de Kanouté, se suman esta temporada su compañero de equipo Keita, el holandés de origen marroquí Bouhlarouz y el recién fichado marfileño Koné. Si bien éste ha decidido este año no seguirlo, tanto Kanouté como Bouhlarouz tienen costumbre de cumplirlo con pulcritud. Sobre todo en el caso del francés con ascendencia Malí, que se ha convertido de forma involuntaria en protagonista por esta razón. Kanouté no sólo cumple el ayuno total y la abstinencia sexual durante el día, o se abstiene de usar pefumes, sino que además cumple con obligaciones como las de rezar antes de trabajar, es decir, en los vestuarios en los partidos. Obligaciones que también sigue su compañero de selección Diarra, en el Real Madrid, que llama por teléfono a su madre como ordena el precepto islámico. Además, este Ramadán viene marcado por el hecho de tener más horas de sol, al coincidir con septiembre. El calendario musulmán tiene como base el tiempo que hay entre una luna nueva y la siguiente, es decir, 29 días: de sus doce meses, cinco tienen 29 días y el resto 30, por lo que consta de 354 días: por ello se acumula una diferencia de 10 o 11 días por año respecto del calendario solar, el que se sigue en Occidente, y el Ramadán, el mes noveno va fluctuando. No obstante, son muchos los musulmanes que no cumplen los preceptos de forma escrupulosa. Muchos son los que sólo lo desarrollan en los días festivos en los que no se ve comprometido su rendimiento deportivo, aunque en el caso de Kanouté, parece que el problema no es tal. En las pasadas temporadas, el equipo médico del Sevilla le preparó un plan específico que comprendía todas las peculiaridades que este Ramadán conlleva a los deportistas, musulmanes practicantes
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