03 octubre 2007

El problema de los goles en contra


Como es público, Juande Ramos se encuentra más que preocupado con la ingente cantidad de goles que el Sevilla está recibiendo esta temporada. El último capítulo en el tratamiento de este mal, ha sido la conversación que ha mantenido durante buena parte del entrenamiento. Algo que no le ha debido gustar al cancerbero, al que algunos señalan como uno de los responsables del registro, y que se negó a atender a los medios de comunicación en la sala de prensa como ya hiciera tras el partido de Zaragoza.
Pero sea por el portero que no se encuentra en el momento de forma del año pasado, sea porque los centrales que han llegado no termina de convencer, como muestra el hecho de que Juande ha tenido que recurrir hasta a 10 parejas diferentes y ninguna le ha convencido, o sea por la ausencia de Javi Navarro que se está haciendo eterna, el equipo suma números que nunca antes se había permitido. De momento, para comenzar, en la Liga llega a nada menos que 9 goles en contra, algo que sólo superan equipos instalados en la zona baja de la clasificación y con claros síntomas de no luchar por otra cosa que no sea la permanencia, como son los casos del colista Levante, o del Valladolid. Fuera de casa no suma menos de dos tantos en contra por partido, y hasta la fecha, en competición oficial, no ha sido capaz de mantener la portería a cero, algo impensable hace poco tiempo. En la Liga de Campeones, los registros no mejoran, pues en Londres se llevó tres del Arsenal, y ante un muy endeble Slavia sumó otros dos.
La última vez que el equipo fue capaz de dejar a cero su marcador se remonta al 15 de agosto, cuando superó al AEK de Atenas por 2 goles a cero. Al menos, los goles a favor están equilibrando el total. 11 en la Liga son suficientes para que la clasificación liguera no baje de un discreto puesto decimotercero, mientras que la victoria de ayer, no sólo allana el camino de la clasificación de la Champions, sino que además, permite equilibrar los números. Un consuelo ante unas cifras que preocupan. Y mucho.