19 septiembre 2007

El Sevilla paga la novatada

Novatada. Inocentada. Agrios son los calificativos para el debut del Sevilla en la Champions League. Lamentable es tener tan mala suerte en un partido que a lo mejor no mereció ganar, pero seguro que tampoco perder. Al menos, de la forma que lo hizo. Comenzó con la ocasión de Jesús Navas en el minuto 5 y sabiendo encajar las acometidas del rival, como la de Flamini, que atajaba Palop no sin problemas ante la presencia de Adebayor en el minuto 13. Pero en el 26 llegaba el punto de inflexión del partido. Un disparo desde larga distancia de Cesc Fabregas que iba camino de las manos de Palop y que Escudé trataba de desviar a córner con tan mala suerte que concluía en las redes. En la repetición se puede comprobar que el portero estaba perfectamente situado para atajar el golpeo del español del Arsenal, pero la desviación de su defensa manda el balón al fondo de las redes. Era el minuto 26 y el destino se reía del Sevilla con este verdadero golpe de mala suerte. Un Arsenal crecido por la ventaja dispuso de nuevas ocasiones de gol, como la que tenía Adebayor, que aprovechaba su velocidad en el minuto 29 para marcharse de Fazio, aunque su disparo final fue muy defectuoso. En la finalización del primer tiempo llegó este desplazamiento en largo de Poulsen hacia Kanouté que el de Mali no remataba por muy poco. Una jugada que puso en serios apuros a Almunia, que no sabía si atajar el centro o esperar el remate al que no llegó el sevillista. En la segunda parte perecía que el Sevilla iba a resurgir hasta que se encontraba en el minuto 59 con la puntilla. El holandés del Arsenal Van Persie, que en su día sonó como futurible para los de Nervión, anotaba el segundo tanto del choque aprovechando un centro de Cesc desde la izquierda que lo dejaba solo en el segundo palo. Una ventaja de dos tantos algo injusta para el equipo que había hecho méritos para otro resultado. Pero la suerte no estaba de cara, ni siquiera tras los cambios, que dejaron un equipo con mucha más presencia en el área rival aunque con idéntica suerte. El que sí la tenía de cara era un Arsenal, que en las postrimerías del choque se encontraba con el tercer gol de la noche. Las conclusiones son las que son. El Sevilla perdió y no hay mucho más que decir, pero las cuentas están intactas. Perder en el estadio del favorito para la clasificación entra en las cuentas y no hay que darle más vueltas. Después de todo, la eliminatoria no se decidirá en Londres ni contra el Arsenal, sino con otros equipos y en otras ciudades.